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6 rutinas de Yoga y atención plena para cultivar el agradecimiento

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El Yoga puede ser una gran herramienta para mejorar tu estado de ánimo, cultivar el agradecimiento y elevar tu nivel de energía. Sigue estas técnicas para lograrlo.

Nuestras vidas han dado un giro drástico desde el año pasado, y ello ha traído un cambio en nuestro ritmo diario. Esto ha implicado pasar más tiempo en casa y descubrir espacios para nosotros mismos que antes tal vez no teníamos. Y esos momentos de reflexión nos permiten experimentar sentimientos renovados de gratitud y aprecio por las cosas grandes y pequeñas de la vida.

¿Sabías que los beneficios de sentirte agradecido por algo pueden medirse? Estudios científicos estipulan que los sentimientos de agradecimiento contribuyen a alcanzar la paz mental, felicidad, tener buena salud e incluso mejor calidad del sueño. Y lo bueno es que siempre hay razones por las que agradecer.

“La gratitud es reflejo de abundancia”, explica Marcelyn Cole, instructora de yoga en Chicago. Ella afirma que la gratitud va de la mano con un sentimiento de plenitud. “Es una mentalidad que nos permite imaginar un futuro mejor. Esto no quiere decir que debamos fingir que todo está bien y agradecer en automático solo porque sí. Más bien se trata de cambiar de perspectiva y reconocer lo bueno que tenemos”.

Por supuesto, desarrollar una nueva perspectiva de las cosas requiere de práctica y el yoga puede ayudar a lograrlo. “Las prácticas de yoga nos llevan de un estado inconsciente a uno consciente por medio de una serie de respiraciones, posturas y de la meditación”, señala Cole. “Podemos conectar con nuestra parte más sabia y recordar que somos parte de algo más grande”.

Así que si te interesa cultivar el agradecimiento a través del yoga, aquí tenemos algunos consejos:

Plantéate una intención

Así como calentamos para salir a correr, antes de una sesión de yoga es importante fijarse una intención y conectarse con uno mismo. Esto es lo que nos sugiere Emily Rezetko, instructora de yoga en Nature Yoga Sanctuary en Chicago. Los momentos de concentración pueden ayudarte a eliminar las distracciones externas para que entres en sintonía con lo que está pasando en tu interior. 

Cole sugiere iniciar con una meditación corta. Siéntate sobre tus rodillas, coloca las palmas de las manos hacia arriba, cierra los ojos y piensa en cómo te sientes. Enfócate en el sentimiento de gratitud que buscas alcanzar. Es fundamental usar ropa cómoda

Prueba nuevas posturas

No importa si eres principiante o si ya llevas un tiempo practicando yoga, existen posturas específicas que se enfocan en mejorar tu experiencia de gratitud. “Cuando descubres el sentimiento de agradecimiento, notas que puedes sentirlo en el cuerpo. Muchas personas lo sienten en el corazón o en el pecho”, comenta Cole. Es por ello que es importante que tu energía se concentre en esas zonas. Estas posturas son ideales para eso:

Postura del cactus: Esta postura puede hacerse de pie o en posición de descanso. Levanta tus brazos hacia los lados. Flexiona los codos en 90 grados para que las manos se dirijan hacia arriba. Junta los omóplatos y levanta el pecho. 

Postura del camello: Para realizar esta flexión hacia atrás, ponte de rodillas y levanta el pecho. Luego, dobla la espalda hacia atrás y lleva las manos hacia tus talones.

Postura del pez: Siéntate con las piernas estiradas hacia adelante. Después, levanta el pecho, apoya los codos y deja caer la cabeza hacia adelante relajada. 

Postura del cachorro: Arrodíllate y extiende las manos hacia el frente, coloca el pecho hacia abajo y las caderas hacia arriba. 

Postura del niño: Una de las más conocidas. Para realizar esta postura clásica, empieza poniéndote de rodillas y sentándote sobre tus talones. Permite que las rodillas se abran, creando un espacio para que el pecho caiga hacia el piso. Luego, estira tus brazos hacia adelante.

Según Cole, “las posturas para practicar la gratitud no tienen que ser grandes y activas. Algunas de las mejores posturas son restaurativas, como las que implican estirar los brazos hacia arriba o descansar la mano sobre el corazón. Lo importante es sentirte bien para que verdaderamente puedas conectar contigo mismo”.

Ten en cuenta tu respiración

Desarrollar una secuencia fluida de inhalaciones y exhalaciones es una práctica común del yoga. Pero si quieres hacerlo con mayor intención, te puede ayudar imaginar que cuando respiras creas un espacio donde albergar algo por lo que te sientas agradecido, aconseja Rezetko. Con cada inhalación, imagina que ese sentimiento de gratitud se extiende por tu corazón, y al exhalar, irradia ese sentimiento al mundo o hacia alguien que lo necesite. 

Cole también sugiere otra práctica de respiración que consiste en la limpieza de cráneo o Kapalabhati. Puedes realizar esta técnica de purificación al iniciar tu práctica. Inhala profundo y, al exhalar, contrae el vientre y expulsa el aire poco a poco con fuerza. Fíjate en que tu playera se mueva con cada contracción del vientre/exhalación.

Explora la meditación

Rezetko recomienda que al empezar o terminar la práctica física, te acuestes y pongas atención plena a todo tu cuerpo, recorriéndolo de pies a cabeza. “Concéntrate en cada parte de tu cuerpo y al hacerlo, envíale un pequeño ‘gracias”’. Una vez que hayas dominado este ejercicio de atención plena, súmale respiraciones profundas y un mantra de gratitud.

Practica la postura Savasana

La postura Savasana (llamada también postura del cadáver) te ofrece un momento al final de tu sesión para fijar la energía positiva y despejar el cuerpo y la mente. Comienza por ponerte cómodo y acuéstate en el mat. Respira lentamente y deja que tu cuerpo y mente se relajen. Examina cada parte de tu cuerpo y libera la tensión de tus músculos. Lo importante es permitir que la gratitud y bondad que sentiste durante tu práctica se queden contigo. 

Practica y practica

Cambiar de perspectiva para cultivar el sentimiento de agradecimiento toma su tiempo. No sucede de la noche a la mañana y va más allá de una sesión de yoga. Esto debes incorporarlo en tu día a día. “Las intenciones que nos planteamos en clase, deben seguirnos cada día” agrega Rezetko.

Aquí te damos un consejo para lograrlo: Al terminar tu sesión de yoga, anota todas las cosas por las que te sentiste agradecido durante la práctica. Cuando lo hayas hecho, escribe adicionalmente tres cosas más por las que quieras dar las gracias en ese momento. Registrar esos pensamientos es una afirmación de tu gratitud y te ayudará a conectarte con ese sentimiento de manera más sencilla.

Ten en cuenta que la gratitud no es una práctica pasiva. “La gratitud es tierra fértil para sembrar nuestras intenciones”, comenta Cole. “Nos puede guiar a tomar acciones positivas. Si estás agradecido por algo, ¿por qué no llevar ese sentimiento un paso más allá? Si te sientes agradecido con algún amigo, ¿qué puedes hacer para demostrárselo? O si agradeces tener comida en la mesa, ¿qué puedes hacer para apoyar a quienes contribuyeron para que así sea?”. 

Definitivamente la gratitud va muy ligada a un sentido de comunidad. Cole nos recuerda que por medio de la gratitud podemos conectar con otras personas con las que compartimos experiencias, intereses o alguna causa en común. Lo vivido el año pasado nos ha despertado y puede ayudarnos a ser más conscientes de nuestras conexiones con otros y con el planeta, para juntos reimaginar formas de regenerarnos y sanarnos. La gratitud nos puede ayudar a lograrlo. Cultivemos el agradecimiento.

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GILDARDO DE JESÚS URIBE GIL

GILDARDO DE JESÚS URIBE GIL

Director Aminogram Academy ND-MSC
Magíster en salud colectiva y Nutricionista Dietista de la Universidad de Antioquia; con experiencia en dirección y docencia universitaria; formación tecnológica; dirección y coordinación de empresas, planes, programas y proyectos en el ámbito público y privado; enfocada en los sectores de la educación, la planificación para el desarrollo, atención a población desplazada y vulnerable, salud, nutrición, seguridad alimentaria, sector de producción y comercialización de alimentos.